Y de repente todo paró
o más bien, casi paró
 pero solo un poco de repente
 pero casi un poco a cuenta gotas…

Pero como esas gotas que quedan en el cristal mojado del coche tras una noche fría, y cuando arrancas caen despacio, casi sin ganas, y a medida que aceleras se ralentizan, como cansadas de caer, y de repente paran. Es una pequeña fracción de segundo, como si estuvieran pensando, para luego arrepentirse de su dirección y desandar el camino, y volviendo atrás de modo casi sobrenatural, ¡las gotas suben!. Pues así…

Así fue como vivimos esa semana previa al confinamiento. ¡Sam! Tenemos que ensayar este miércoles para el bolo del sábado. Y recuerda que el viernes tocamos en el sur. ¡Ah por cierto!, ¿Has hablado con Juan para lo de la gira de Mayo?, sube las fotos de bna, y no te olvides de cambiar la web…y en tres días, ni ensayos, ni conciertos, ni giras, ni ganas…

Sólo podíamos hacer una cosa, casi la única que sabemos hacer medianamente bien: “música”, y nos pusimos a componer. Encerrados, en silencio, cada uno a su piano, a su voz… y poco a poco nos fuimos recomponiendo el ánimo, y fuimos gritando calladamente la tristeza, la frustración, el miedo…pero también la esperanza, el reencuentro, lo vital.

Entonces contamos lo que habíamos hecho, y nos escucharon, y nos ayudaron, y se ilusionaron con nosotros, y nos dieron su apoyo, y con su esfuerzo y sus ganas, lo hicimos. Y gracias a ellos, gracias a ti, volvimos a creer en nosotros, en nuestra música, tu música. Y gracias a ti seguimos, y gracias a ti nos reinventamos, nos emocionamos, Y APRENDIMOS LA LECCIÓN, y gracias a ti, a todos ellos, por habernos ayudado cuando más lo necesitábamos. 

GRACIAS